Construimos un espacio de discusión e intercambio de experiencias alrededor de la denuncia, el cuidado y los entornos de trabajo sanos.

Mensualmente, dentro de un marco de confianza, respeto y empatía, nos reunimos en grupos pequeños para dialogar y compartir en torno a nuestras realidades y necesidades. 

Apoyadxs por las propuestas teóricas de feministas y afrodescendientes, las conversaciones son guiadas por una serie de preguntas que devienen en el fortalecimiento de la ética personal y profesional.

A partir de este ejercicio, estamos elaborando un material de acceso abierto que parte de la propia experiencia de lxs profesionales, trabajadorxs, académicxs, estudiantes, que participan en este chequeo.

Desde que nos apartamos de la vía institucional, hemos propuesto Educadorxs como un proyecto colaborativo, cuya construcción se da a partir de las herramientas y las aportaciones de otrxs, individuxs y colectivxs.

Las reflexiones que nuestrxs colegas nos comparten son esenciales tanto para configurarnos como para contar con un panorama del estado de lxs trabajadorxs de la cultura y los museos. Capturamos sus inquietudes personales, sus necesidades profesionales y sus reflexiones alrededor de los museos y la práctica educativa a partir de distintas formas de participación: reuniones en Zoom, cuestionarios online, encuestas realizadas en redes sociales, especialmente en Facebook, y de forma más detallada y personal, a través de la inscripción a nuestras actividades.

Esperamos que este trabajo, como parte del proceso de interpretación de nuestro archivo, sirva como un registro para entender las múltiples dimensiones del trabajo en, con y alrededor de las instituciones culturales.

Planteamos la práctica de Educadorxs como relacional y distribuida tanto en organización como en autoridad. Por ello, la ubicamos fuera de las líneas rectas (verticalidad y horizontalidad). Hemos acudido a la figura del consejo, no como un ente inamovible que en su poder dicta el curso de las acciones, sino como aquella forma de construcción que se da a partir de reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestros límites.

En la construcción de este consejo hemos acudido a personas tan distintas o tan iguales en su mirada y dirección que, más que un proceso de asesoramiento, se trata de controvertir, cuestionar e integrar otras formas de ver nuestro ejercicio, al mismo tiempo que nos acompañamos en el presente, en las inquietudes y en los deseos.

El trabajo de este año se articula a partir de ejes accionables, es decir, procesos reflexivos y prácticos cuyos objetivos pueden ser relevantes y alcanzables para otrxs colegas en el trabajo en sus propios contextos. Así, buscamos que todo aprendizaje sea compartido y específico.

El planteamiento que hemos hecho incluye tanto la dimensión personal (habilidades, necesidades, deseos, posiciones) e interpersonal (formas de colaboración, compromisos, responsabilidades) como institucional (discursos, comunicaciones, intercambios, relaciones); con la visión de que el ejercicio organizado puede tambalear otros aspectos a nivel estructural.

Cada acción, ejercicio y material aludirá de forma particular o conjunta, directa o indirecta a estos ejes: La investigación como activismo, los imaginarios radicales, la digna rabia y la épica de la transformación.

Queremos, en el presente, hacer visibles todos aquellos procesos de pensamiento y producción que nos han permitido entablar conversaciones, generar intercambios y desarrollar materiales en el marco de Educadorxs.

En nuestro archivo –el de todxs lxs colaboradorxs, lxs participantes, lxs oyentes– la reinterpretación sobre esas experiencias será constantemente visible, para ser tanto consultada como controvertida. No se trata tanto de los objetos o productos, sino de las relaciones, las faltas, los apuntes, las notas al pie, que en su presencia o ausencia, nos han permitido cometer errores, construir pasadizos y hacer pequeñas transformaciones.

Nuestro deseo es que, en la construcción visual que vamos haciendo, otras personas puedan trabajar con ello.

Para que se lleve a cabo una práctica entre pares fructífera y afectuosa, es necesario que si bien no todxs coincidan en cómo llegar, exista una coincidencia en el propósito y los valores que han de pavimentar ese recorrido. Por ello, hemos elaborado un acuerdo ético, como un compromiso explícito de mantener y procurar el apoyo mutuo en la estructura del grupo y el desarrollo del trabajo en nuestras alianzas.

Los valores que queremos mantener en nuestros procesos de trabajo y colaboración:

• Enfoque en soluciones
• Estructura por consejo
• Transparencia en las comunicaciones y en las operaciones
• Reconocimiento de autorías
• Responsabilidad afectiva y colaborativa
  

Consideramos la transparencia uno de los valores indispensables en toda práctica que se considere reflexiva, crítica y radical. Para nosotrxs, un primer paso ha sido hacer públicos los valores que han de regir nuestro trabajo al interior y con otrxs; pero también consideramos que es necesario descubrir y precisar los procesos que llevamos a cabo tanto como un ejercicio de autoreflexión como un conocimiento compartido para aprender e inspirar otros caminos e historias… para “hacer que los saberes colectivos perduren” (Antonio, 2022).

El paso del tiempo nos ha cambiado. De un proyecto que surgió en alianza con otras instituciones tradicionalmente establecidas en 2018 a un momento en el que ya ni siquiera nos pensamos igual al primer encuentro en línea en 2020; seguimos repensando “Educadorxs”, polemizándolo al interior y, en esta propuesta, socializándolo.